Cómo enseñar a nuestros hijos de la forma adecuada

Cómo enseñar a nuestros hijos de la forma adecuada

Lo que más le gusta al niño es pasarla bien todo el día y, en ocasiones, no saben que también deben cumplir con sus obligaciones, y es ahí donde entra la labor de los padres.Educar a nuestros hijos no es tarea fácil, pero eso no quiere decir que sea misión imposible.

Más allá de ofrecerle todo nuestro amor y cariño, hemos de saber cuándo establecer los límites frente a aquellos comportamientos inadecuados, solo de esta forma podrán aprender a cómo manejarse en la vida.
Para educar de manera eficaz a nuestros hijos debemos marcar las reglas en casa con el objetivo de cumplirlas. El secreto es hacerlo de manera coherente y con firmeza.

Una de las consecuencias educativas de una falta de habilidad a la hora de establecer las normas y de marcar los límites puede ser la falta de respeto, que se produce cuando hablamos demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad lo que queremos o lo hacemos con demasiada autoridad.

¿Hay algún padre que no haya sentido un amor profundo y total por su pequeño y, al mismo tiempo, frustración e ira?

Los niños pequeños ponen a prueba nuestros nervios porque están explorando los límites en todos los aspectos del mundo que les rodea. Cada día, poco a poco, van aprendiendo nuevas habilidades y superando nuevos retos, y se sienten ansiosos y excitados ante la posibilidad de usar esos talentos.

6 consejos básicos para aplicar límites educativos

• Objetividad. Es frecuente escuchar expresiones como: ‘Pórtate bien’, ‘sé bueno’, o ‘no hagas eso’. Nuestros hijos nos entenderán mejor si marcamos nuestras normas de una forma más concreta.

Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. ‘Habla bajito en una biblioteca’; ‘agarra mi mano para cruzar la calle’ son algunos ejemplos de formas que pueden aumentar sustancialmente la relación de complicidad con tu hijo.

• Opciones. Podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada para decidir cómo cumplir sus órdenes.

La libertad de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: ‘Es la hora del baño. ¿Quieres te ayude o prefieres bañarte sol@?’. ‘Es la hora de vestirse.

¿Quieres elegir un traje o lo hago yo?’ Esta es una forma más fácil y rápida de dar dos opciones a un niño para que haga exactamente lo que queremos.

• Firmeza. En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Por ejemplo: ‘Vete a tu habitación ahora’ o ‘¡Basta!, los juguetes no son para tirar’ son una muestra de ello. Los límites firmes se aplican mejor con un tono de voz seguro, sin gritos, y un gesto serio en el rostro. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.

• Acentúa lo positivo. Los niños son más receptivos al hacer lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos. Algunas represiones directas como el ‘no’, dicen a un niño que es inaceptable su actuación, pero no explica qué comportamiento es el apropiado. En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer (‘habla bajo’) antes de lo que no debe hacer (‘no grites’).
• Explica el porqué. Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla.

De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al niño porqué tiene que obedecer. Entendiendo la razón, los niños pueden desarrollar valores internos de conducta o comportamiento y crear su propia conciencia. Por ejemplo: ‘No muerdas a las personas. Eso les hará daño’.

• Sugiere una alternativa. Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intenta indicar una alternativa aceptable. Sonará menos negativo y tu hijo se sentirá compensado. De este modo, puedes decir: ‘ese es mi pintalabios y no es para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel para pintar’.

Al ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de expresión más correcto.

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