Algunos mitos sobre la lactancia que debes conocer

Algunos mitos sobre la lactancia que debes conocer

Hay muchos falsos mitos sobre la lactancia materna que pueden complicar el éxito de la alimentación natural. Aunque en otras épocas los conocimientos sobre cómo dar el pecho se transmitían de generación en generación, la irrupción de la lactancia artificial alrededor del año 1970, hizo que se fuera perdiendo la cultura del amamantamiento.

1.- Cuando das de mamar, el pecho se cae

Son los cambios hormonales y anatómicos del embarazo, no la lactancia, los que provocan que las mamas muestren otro aspecto cuando la mujer ha sido madre. Los cambios en los pechos se producirán tras la gestación, independientemente de que la madre dé de mamar a su hijo o no.

Por el contrario, dar el pecho puede servir para mejorar la apariencia física de la madre tras el embarazo, ya que las reservas de grasa acumuladas durante la gestación son consumidas durante la lactancia.

2.- No se pueden tomar medicamentos dando de mamar

La madre que da el pecho puede tomar determinados medicamentos, ya que muchos de ellos no pasan a la leche materna, o lo hacen en cantidades tan pequeñas que apenas tienen efecto sobre el bebé o sobre la producción de leche. Durante la lactancia, la mujer que da el pecho debe limitar al máximo el consumo de alcohol, tabaco y estimulantes como la cafeína.

3.- Las tomas deben durar 10 minutos

Es el niño el que decide cuánto y cuándo quiere comer. Hay niños que son capaces de vaciar el pecho en cuatro minutos, otros en diez, otros tardan el doble. Si solo se les deja mamar diez minutos de cada pecho, se quedan únicamente con la leche del principio de la toma, más acuosa y que les sirve para saciar la sed. La leche del final es la que tiene mayor contenido graso y la que más le engorda, pero solo pueden acceder a ella si se les permite vaciar el pecho por completo.

No hay que establecer un horario para las tomas. A veces tomarán el pecho cada dos horas, otro cada 30 minutos, otras permanecerán cuatro horas dormidos. Hay que respetar su ritmo, a excepción de los primeros días tras el parto en que si están muy adormilados o tardan en recuperar el peso del nacimiento conviene despertarlos para que hagan, al menos, diez-doce tomas cada 24 horas.

4.- Cuando los pechos están blandos se han quedado sin leche

Muchas mujeres notan los pechos llenos con la subida de la leche; sienten que las mamas están inflamadas, con tensión y calor y pueden notar dolor. Esto no ocurre en todas las madres, pues hay algunas que no perciben esas sensaciones o que lo hacen de forma muy leve. En todo caso, tras unos primeros días en que los pechos están más llenos, es normal que el volumen vaya bajando. Esto significa que la producción de leche se ha adaptado perfectamente a la demanda del niño.

Al principio de la lactancia, el tamaño de los senos es mayor, pero hacia los tres meses se quedan más pequeños y blandos; es normal y no significa que la madre se haya quedado sin leche; sigue produciendo exactamente toda la que su hijo necesita.

5.-  Hay leches que no alimentan

Todas las madres tienen leche de excelente calidad; no existe leche que sea “agua” o que no alimente al niño. Si la madre que da el pecho no se alimenta bien, el organismo usará sus reservas a costa de su salud, pero la leche será de calidad.

6.- Si el bebé tiene diarrea o vómito, la madre debe suspender la alimentación con leche materna

¡Falso! La mejor medicina para una infección intestinal del bebé es la leche materna. Suspenda otros alimentos por corto tiempo, pero continúe alimentando a su bebé con leche materna, excepto bajo circunstancias excepcionales.

7.- No hay una forma de saber cuánta leche materna el bebé está tomando

No hay una forma fácil de medir cuánta leche materna está recibiendo el bebé, pero esto no significa que no pueda saber si el bebé está recibiendo la suficiente. La mejor forma de saberlo es que él beba del seno varios minutos en cada toma (succión tipo abrir-pausa-cerrar).

8.- La madre debe lavarse los pezones cada vez que vaya a alimentar a su bebé

La leche materna previene contra infecciones. Lavar los pezones antes de cada toma complica este proceso natural y elimina los aceites protectores del pezón.

9.- No hay (suficiente) leche durante los primeros 3 o 4 días posteriores al nacimiento del bebé

Aunque así parezca, esto se debe a que el bebé no está lactando en forma apropiada y por lo tanto no está succionando bien la leche. Una vez que la leche materna es abundante, el bebé puede lactar deficientemente y aun así recibir mucha leche. Esto tiene relación con el decir “él ha estado en el seno durante 2 horas y todavía tiene hambre cuando lo retiro”. Al no estar bien posicionado, el bebé recién nacido no puede obtener la primera leche materna, llamada calostro. Cualquiera que le sugiera bombear su seno para ver cuánto calostro tiene, no entiende de lactancia y debería ser cordialmente ignorado.

10.- Es normal que la lactancia produzca dolor

Aunque durante los primeros días hay mayor sensibilidad en los pezones, esta es una situación temporal que dura sólo unos días y no debería ser tan malo que la madre no desee amamantar. Cualquier dolor que sea más que leve no es normal, por lo general se debe a que el bebé no está colocado al seno adecuadamente. Si hay dolor en el pezón no mejora en 3 o 4 días y persiste por más de 5 a 6 días, no debería ser ignorado. Una nueva sensación de dolor puede presentarse a pesar de que la lactancia está marchando bien y ésta es debido a una infección de Cándida Albicans. Limitar el tiempo de lactancia no previene la sensibilidad ni el dolor.

¡Disfruta de una manera muy especial esta mágica etapa de la vida!

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